viernes, 14 de marzo de 2008

EL MADERO

"Las banderas reales se adelantan y la cruz misteriosa en ellas brilla:
la cruz en que la vida sufrió muerte y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.
Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo que, al ser herido por la lanza dura,
derramó sangre y agua en abundancia para lavar con ellas nuestras culpas.
En ella se cumplió perfectamente lo que David profetizó en su verso,
cuando dijo a los pueblos de la tierra:
"Nuestro Dios reinará desde un madero"."
Liturgia de la Horas.
Jerez de la Frontera. Semana Santa 2006.
Azulejo del Cristo de la Salud.

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